Y entre gritos y suspiros él exclamó:
-Me duele - Ella en silencio aguardó y el silencio más profundo los acompañó.
- A mi me duele más - sus ojos se agrandaron, sus pupilas se dilataron y de un suspiro nació una lagrima.
- ¿Por qué? - Se atrevió a decir él.
- Porque tú eres especial, tú... me... - En esos momentos la adrenalina de la chica se hallaba a mil por segundo y escuchaba el latir de su corazón en cada uno de los rincones del lugar.
- ¿Qué? - Exclamó él, forzándola a decir...
- Tú me gustas, me gusta tu ser, ya entenderás porque me duele más de lo que te duele a ti. - Dijo deprisa mientras sus ojos se agrandaban y la respiración pesaba.
El silencio esta vez fue eterno, él se marchó y ella eterna y paciente aguardó el último viento de aquel silencioso salón.
-Me duele - Ella en silencio aguardó y el silencio más profundo los acompañó.
- A mi me duele más - sus ojos se agrandaron, sus pupilas se dilataron y de un suspiro nació una lagrima.
- ¿Por qué? - Se atrevió a decir él.
- Porque tú eres especial, tú... me... - En esos momentos la adrenalina de la chica se hallaba a mil por segundo y escuchaba el latir de su corazón en cada uno de los rincones del lugar.
- ¿Qué? - Exclamó él, forzándola a decir...
- Tú me gustas, me gusta tu ser, ya entenderás porque me duele más de lo que te duele a ti. - Dijo deprisa mientras sus ojos se agrandaban y la respiración pesaba.
El silencio esta vez fue eterno, él se marchó y ella eterna y paciente aguardó el último viento de aquel silencioso salón.